La impresión offset consume, cada año, alrededor de tres millones de toneladas de tintas con base de hidrocarburos. Anualmente, emite a la atmósfera unas 500 000 toneladas de compuestos orgánicos volátiles (COV). Los COV se desprenden cuando la tinta se seca sobre el papel y cuando se limpian las prensas entre tirada y tirada. Estas emisiones suponen una importante contribución al calentamiento global, además de ser dañinas para la salud de millones de personas que trabajan, en todo el mundo, en la industria de artes gráficas.
Es cierto que en el mercado existen otras tintas más seguras y respetuosas con el entorno, pero en general su aceptación ha sido baja, debido a que tienen un mayor coste y son de inferior calidad que las tintas con base de petróleo. El desafío de EnNatura, por tanto, consistía en crear una tinta que fuera tan respetuosa con el medio ambiente como rentable, y que reprodujera los colores con la misma viveza que las tintas convencionales. «Ese es un requisito universal entre los impresores: si van a adoptar un producto biodegradable o ecológico, tiene que tener la misma calidad que los productos con base de petróleo», explica el Sr. Bhimania, consejero delegado de la empresa. Este problema se resolvió con el desarrollo de una resina especial, que se combinó con un aceite vegetal no comestible para producir una tinta biodegradable que no desprende COV. Como la nueva resina es ácida, puede eliminarse empleando una disolución acuosa ligeramente alcalina, lo cual también hace desaparecer la necesidad de emplear disoluciones de lavado a base de hidrocarburos. El proceso no genera emisiones. Además, los costes totales se reducen hasta en una tercera parte.